jueves, 21 de febrero de 2013

¿Realmente se puede adivinar el futuro?

¿Realmente se puede adivinar el futuro?
Esta es una de las cuestiones que más controversia generan y sobre la que me comprometo a, en el menor tiempo posible ofreceros los fundamentos en los que me baso. 
Desde el ámbito profano, exceptuando las personas de mente abierta, se niega rotundamente sin aportar pruebas de que no pueda hacerse y sin valorar, cuando no ridiculizando, las que existen. A este respecto, mi opción personal ha sido y sigue siendo no perder tiempo en quien no puede o no quiere sacar ningún provecho y dedicarlo al estudio, la práctica y al perfeccionamiento de todas estas materias, que para mi son apasionantes, y a compartirlas con quien si les da utilidad. 
Pero es incluso más triste si cabe, que también se niegue desde el ámbito iniciatico, como ocurre en ocasiones. Y esto ya es simple y llanamente por una  cuestión de no querer formarse o informarse, o porque resulta sencillo generalizar a todos los practicantes la mala praxis que realizan los falsos adivinos.
Los estudiante espirituales, y todos nosotros lo somos, nunca debemos olvidar que, si bien es sano tener una dosis de escepticismo para con lo que afirman los demás, también hemos de tenerla sobre nuestra capacidad de comprender y conocer, porque puede que no la tengamos.

Dejando lo cierto es que si se puede adivinar el futuro, igual que se puede averiguar el pasado, pero para obtener una respuesta certera necesitamos conocer las premisas de la situación. 
Para entender este concepto hemos de partir de la base de que, previo a nuestro nacimiento, existe un plan prefijado para nuestra vida que consiste en una lineas generales y hay algunos hechos puntuales que se producirán inexorablemente. Éstos pueden ser "adivinados" con la técnicas adecuadas, pero son muy pocos. Los pormenores, que son los que en ocupan la mayor parte de nuestra existencia, dependen de decisiones que hemos de tomar continuamente, son las que construyen nuestro camino guiándonos en una u otra dirección, y es lo que llamamos libre albedrío. Para predecir éstos tenemos que decidir que actitud tomaremos, porque si no lo hacemos, a lo que nos responde cualquier mancia es a lo que ocurrirá si se sigue manteniendo la tendencia personal que ha habido hasta ese momento. En realidad, las mancias lo que hacen es como el refrán "dime como andas y te diré como terminas" pero teniendo en cuenta todas las variables a las que no tenemos acceso desde lo cotidiano.